Tratamiento de descompresión microvascular para la neuralgia del trigémino

Tratamiento de descompresión microvascular para la neuralgia del trigémino

A veces se le confunde con un problema dental y por eso muchas personas no buscan de inmediato la atención adecuada. Estamos hablando de la neuralgia del trigémino, también llamada tic doloroso.

Las personas que lo padecen sienten un dolor facial intenso, como si fuera una pequeña descarga eléctrica, debido a la afectación del nervio responsable de llevar la sensibilidad del tacto y dolor desde la cara hasta el cerebro.

Pero, ¿qué es el famoso nervio trigémino?

Está formado por la rama superior u oftálmica, que lleva la sensibilidad del cuero cabelludo, la parte frontal de la cabeza y de la cara (incluyendo los ojos, de ahí su nombre); después está la rama media que pasa por la mejilla, la nariz y el labio superior; y la rama inferior o mandibular, que involucra a la mandíbula y el labio inferior.

En palabras más sencillas, es uno de los 12 nervios craneales que se originan en la base del cerebro.

Entonces, ¿cuáles son las causas de una neuralgia del trigémino?

Como médico debo decir que muchas veces no se encuentra ninguna causa que la origine (idiopática) y otras veces es porque un vaso sanguíneo comprime al nervio trigémino cuando este sale del tronco cerebral.

En unos pocos casos, incluso podría deberse a la presión local generada por un tumor.

Por otro lado, las personas con esclerosis múltiple pueden presentar esta condición si, debido a la degeneración nerviosa de la enfermedad, se impacta el nervio trigémino.

¿Cómo se diagnostica una neuralgia del trigémino?

Muchos médicos generales desconocen por completo esta condición, pero su prevalencia ha ido en aumento conforme sube la expectativa de vida, constituyendo hasta el 89% de las neuralgias faciales en personas mayores de 60 años. Por eso, lo ideal es recibir atención especializada.

Cómo se diagnostica una neuralgia del trigémino

Para poderlo diagnosticar, se realiza exploración física y neurológica para obtener un cuadro clínico completo. Además, existen estudios complementarios como tomografía y resonancia de encéfalo para diferenciar entre una neuralgia esencial o secundaria.

Ahora bien, tras el diagnóstico, hay dos formas de tratamiento: farmacológico (para el control del dolor a partir de fuertes medicamentos como los que se usan para atender la epilepsia) y quirúrgico.

Cuando hablamos de un tratamiento quirúrgico es importante entender que no existe una única opción, pero la descomprensión microvascular es sin duda la mejor pues no es destructiva y se enfoca en aliviar la presión sobre el nervio trigémino.

Las otras intervenciones como la inyección de glicerol, radiofrecuencia o radiocirugía involucran la destrucción del nervio.

Descompresión Microvascular: ¿qué es?

Este procedimiento es el ideal para los casos que no responden positivamente a los fármacos o cuando los efectos secundarios de tomar medicamentos son severos.

Básicamente, la descomprensión microvascular implica la reubicación o eliminación de los vasos sanguíneos que están en contacto con la raíz del trigémino. Así se detiene el “mal funcionamiento” del nervio.

Para esto, como médico, hacemos una incisión detrás de la oreja donde se produce el dolor. Luego, a través de un pequeño orificio en el cráneo, alejamos las arterias que están en contacto con el nervio, y colocamos un parche blando entre el nervio y las arterias.

Además, si una vena está comprimiendo el nervio, podemos extraerla.

Finalmente, también es posible cortar una parte del nervio trigémino (neurectomía) durante este procedimiento si las arterias no presionan el nervio.

¿Qué se logra con este tratamiento? ¿Por qué es tan recomendado?

Porque elimina o reduce satisfactoriamente el dolor en la mayoría de las veces.

Eso sí, valga aclarar que el dolor puede regresar en algunos pacientes.

Y, por transparencia y ética, también es necesario indicar que la descompresión microvascular tiene algunos riesgos. Podría, por ejemplo, disminuir la audición, generar debilidad facial, entumecimiento facial u otras complicaciones. Pero cada paciente es único y diferente, por eso, lo mejor es hablar directamente con el médico y valorar todas las opciones para recibir el tratamiento más adecuado.

Si tiene dudas, contácteme. Será un honor atenderle.